Las ampollas de proteoglicanos de Martiderm son famosísimas, y no es por casualidad. Los proteoglicanos son proteínas encargadas de restaurar la piel, por lo que su actividad permite mejorar sensiblemente su aspecto, de una forma muy visible. Los proteoglicanos se van perdiendo con la edad, y no volvemos a fabricarlos, de ahí la importancia de aplicarlos de forma externa.
Las proteínas de los proteoglicanos van hidratarnos la piel, ya que aportan agua, la retienen en la piel y además consiguen reafirmarla al lograr restablecer las fibras de colágeno y elastina.
En las ampollas de Martiderm se encuentra una combinación perfecta: unen los proteoglicanos con la vitamina C, en una formulación imbatible. A la capadidad del proteoglicano de restauración e hidratación, se asocia la vitamina C que logrará incrementar la síntesis de colágeno y ofrecen desde el primer momento mucha luminosidad al rostro, además de un efecto antioxidante para lograr luchar contra los radicales libres, responsables del envejecimiento de la piel.
El cambio antes y después de usar las ampollas de proteoglicanos de Martiderm es espectacular. De forma visible la cara luce más radiante, más tersa y más firme. Y, lo mejor, las ampollas de proteoglicanos Martiderm no son incompatibles con vuestro tratamiento habltual de belleza. En función de vuestra rutina, se recomienda:
Es muy fácil usar las ampollas de Martiderm. Simplemente tenemos que romper por la línea de color blanco de la ampolla (podemos ayudarnos con el tapón de plástico que viene en la caja) y, a continuación, aplicar una pequeña cantidad sobre rostro, cuello y escote. Cunden mucho, por lo que cada ampolla puede servirnos perfectamente para 2 aplicaciones. Solo debemos tener cuidado de conservarlas aisladas de la luz para evitar la oxidación de la vitamina C.
Martiderm ha desarrollado 4 gamas de productos básicos con proteoglicanos, para que elijas la que más te convenga. Todas llevan la misma cantidad de protegolicanos; un 3%, variando la cantidad de vitamina C en cada caso: